INTRODUCCIÓN
La cultura grecolatina fue la principal fuente de arte y ciencia de su momento. Tanto es así que hoy en día todavía encontramos su influencia en nuestra sociedad.
En el presente trabajo se tocará más específicamente su ingeniería, las soluciones que encontraron para responder a problemas de la cotidianidad, las innovaciones que hicieron en esta materia y las obras que despuntaron por su ingenio y excelente realización. Caracterizaremos el comportamiento de la ingeniería griega y romana en el desarrollo de su cultura y compararemos dichas culturas. Nuestro principal interés es demostrar como podemos hallar su legado en Cuba aunque estas civilizaciones nunca tuvieron contacto con nuestra isla.
Según la Real Academia Española, ingeniería es:
I. “DADME UNA PALANCA, UN PUNTO DE APOYO Y MOVERÉ EL MUNDO”
El principal aporte de los griegos a la ingeniería fue el descubrimiento de que la naturaleza tiene leyes generales que se pueden usar en beneficio del hombre, además de lo que hoy conocemos como geometría euclidiana y su aplicación en la tecnología, ya que en cuanto a ingeniería se dedicaron más a desarrollar ideas ajenas que a crear la suyas propias.
El primer ingeniero griego del que se tiene registro fue Phyteos, constructor del Mausoleo de Halicarnaso en 352 a .C. Entre otros ingenieros famosos encontramos a Dinócrates, que estuvo a cargo del planeamiento de Alejandría; a Sostratus, constructor del faro de esta ciudad, el cual es considerado una de las “Siete Maravillas del Mundo Antiguo”; y a Herón, el inventor de la turbina de vapor. También encontramos al célebre Aristóteles de Estagira, al que se le atribuye la escritura de “Mecánica”, un breve artículo donde se estudian elementos tan fundamentales para la ingeniería, por ejemplo un diagrama donde se muestran tres engranajes lisos, lo que constituye su primera descripción en la historia.
Pero no se puede negar que el más sobresaliente de los ingenieros de Grecia fue Arquímedes de Siracusa. Este genio fue el creador del “tornillo de Arquímedes” que era un mecanismo con una hoja con forma de tornillo dentro de un cilindro, se hacía girar a mano y era utilizado para elevar agua; la manus ferrea o garra de Arquímedes, con fines bélicos, tenía un brazo semejante al de una grúa del cual colgaba un gancho de metal, este se afianzaba a la proa del barco enemigo dejando entrar el agua por la popa y mediante un sistema de poleas y cadenas lo dejaba caer provocando una escoriación capaz de hundirlo; y el “rayo de calor de Arquímedes”, que consistía en una serie de espejos ustorios que concentraban la luz del sol y la reflejaban en los barcos enemigos con el fin de incendiarlos. También se le ha acreditado a Arquímedes haber aumentado el poder y la precisión de la catapulta, así como haber inventado el odómetro durante la Primera Guerra Púnica, el que fue descrito como un carro con un mecanismo de engranaje que tiraba una bola en un contenedor después de cada milla recorrida, y de escribir la primera explicación del principio que entra en juego al usar una palanca.
Es de interés mencionar que la topografía fue la primera ciencia aplicada exclusivamente a la ingeniería y la única que se mantuvo así durante los próximos veinte siglos.
No podeos hablar de ingeniería griega sin mencionar su arquitectura. Se caracterizaba por el uso de piedra y mármol perfectamente labrados en forma de sillares; sus cubierta a dos aguas, aunque también utilizaban las cubiertas planas, hechas de madera y tejas; sus columnatas; y el uso de tres órdenes arquitectónicos. En esta rama aplicaron también sus conocimientos científicos. Así la primera referencia que se tiene sobre el metal como elemento constructivo se ve en el portal conocido como Los Propóleos, donde se utiliza el hierro como refuerzo del cielo raso. Otro factor destacado en cuanto a arquitectura es la práctica de contrarrestar las distorsiones ópticas. Mediante el ensanchamiento del centro de las columnas, la inclinación de las líneas verticales y la curvatura del basamento de los templos lograros corregir las distorsiones pertinentes. También son los responsables de la creación del arco falso, las primeras cúpulas, el primer sistema de calefacción y el número áureo y su relación con la arquitectura.
Sorprendente es el trabajo de ingeniería llevado a cabo por Eupalino de Megara en la isla de Samos. Este hombre perforó la colina de Kastro escavando simultáneamente desde los dos extremos hacía el centro con asombrosa exactitud. Gracias a los métodos actuales de medición se ha podido comprobar que solo se desvió medio metro del punto de encuentro.
Finalmente encontramos que los griegos se llevan el mérito por la invención del nivel, le escuadra, la regla, un método para pulir piedras preciosas y la soldadura de hierro, así como la de los molinos de viento y de agua, lo que los hace pioneros en la utilización de tres de los cuatro métodos de propulsión no animal anteriores a la Revolución Industrial.
II. TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN A ROMA
Los romanos, responsables de uno de los mayores imperios de la antigüedad encontraron en la ingeniería civil uno de sus pilares básicos. La extensión de sus conquistas demandó una forma rápida de trasladar los ejércitos y para ello se construyeron extensas redes de calzadas que llegaron a alcanzar los 100 000 km , aproximadamente. Dichas redes viales aumentaban a su vez las relaciones económicas y sociales. La más famosa y, posiblemente, la primera en construirse fue la Vía Appia , en el 312 a .C., una calzada que conectaba Roma con Capua.
Según Vitrubio una calzada ideal debía constar de cuatro capas. Estas capas se adaptarían a las necesidades y los recursos de cada región. El Statumen era la capa formada por piedras gruesas y planas unidas por mortero y arcilla, Rudus a su vez era nivel de piedras más pequeñas y cascajo, el Nucleus la capa de gravilla o mortero que forma una superficie flexible para permitir que se asentaran bien las losas de arriba y el Summum dorsum consistía en losas de gran tamaño, cúbicas o poligonales que forman la superficie de la calzada, estas van inclinadas hacia las orillas para que corriera el agua.
Los puentes, a su vez, eran imprescindibles en la construcción de calzadas y acueductos y fue en los que tenían forma de arco donde alcanzaron la perfección.
En el arco romano eran esenciales: los contrafuertes o estribos de los lados, el centrado exacto, y el perfecto ajuste de las dovelas (piedras en forma de cuña que componen el arco). Era preciso que tuvieran cimientos sólidos ya que muchos de los puentes romanos servían para llevar una calzada por encima de un río, terreno no adecuado para edificar. Otra muestra de su ingenio constructivo lo constituyen los andamios donde los carpinteros romanos desarrollaron una gran habilidad. También se utilizaban los arcos en la construcción de bóvedas, utilizadas en templos, salas domésticas de recepción, termas y en varios palacios. Otro elemento arquitectónico es la cúpula, utilizada para cubrir un espacio de planta circular mediante arcos rotados respecto de un punto central de simetría.
El acueducto romano significo una obra maestra de ingeniería en la Antigua Roma. En un principio los asentamientos humanos siempre estuvieron situados cerca un río o un manantial. Roma no fue más que un pequeño estado dentro del Lacio. Su fuente fue por mucho tiempo el río Tíber, pero a finales del siglo IV a.C. se encontraron con que necesitaban urgentemente un suministro alternativo. En el año 312 a .C., los romanos empezaron a construir su primer acueducto. El Aqua Appia medía unos 16 Km . de largo y la mayor parte de su recorrido era subterráneo.
Luego se empiezan a construir acueductos imponentes por su altura, longitud, repetición monótona de sus arcadas y por su grosor. Los romanos preferían que el agua de sus acueductos fluyera cuesta abajo, a favor de la gravedad. Si por alguna circunstancia esto no era posible el ingenio romano encontraba una solución. La más conocida es la invención de los llamados sifones que funcionan a la manera de los vasos comunicantes, y están compuestos por tres elementos: un tubo descendente, uno horizontal y uno ascendente.
Cuando el agua llegaba a la ciudad se recogía en un depósito que solía tener un aspecto monumental, por lo que se los conocía como castillos de agua. La mayoría de ellos estaban enterrados y era imposible admirarlos. En el interior de estos castillos se realizaba la distribución del agua en tres canales: el de las fuentes públicas, el de las termas y el de uso privado.
Por otra parte era preciso eliminar de una forma higiénica y eficiente los desperdicios de las grandes urbes creando redes de alcantarillado, sistemas de drenaje que descargaban las aguas negras de la ciudad en el río Tíber. Las alcantarillas pequeñas desembocaban a la Cloaca Máxima que en la actualidad está en servicio.
La piedra, hormigón, argamasa, tejas y ladrillos eran los materiales más empleados para llevar a cabo estas construcciones. La piedra era el más importante, aunque eran muy pesadas se las ingeniaron para transportar sus bloques al pie de la obra y para subirlas tenía diferentes recursos, el más importante de los cuales eran las grúas. La argamasa, que era bastante débil, empezó a utilizarse por primera vez en las uniones de las piedras en el siglo II a.C. Fue la pozzolana la que proporcionó a los romanos su gran reputación como fabricantes. Ellos creían que se trataba de un tipo especial de arena, pero en realidad se trata de ceniza procedente de las erupciones volcánicas de la prehistoria. Con el descubrimiento de la argamasa, se hizo posible la fabricación de hormigón surgiendo también el encofrado. Las tejas y los ladrillos de barro eran cocidos al sol pero se deshacían fácilmente con la lluvia. De tal forma descubrieron que cociéndolas en un horno duraban mucho más. Pero los romanos no solían construir nunca sus edificios sólo con ladrillos. Este elemento cumplía dos funciones principales: servir de fachada para la pared central de hormigón, y formar hileras de refuerzo que se incluían de vez en cuando y que recorrían la pared a todo lo largo de la construcción.
A los romanos no les gustaba cambiar sus métodos de construcción con demasiado apremio y una vez que encontrada una buena técnica, no buscaban seguidamente otro método más sencillo o más barato. Consecuentemente, la ingeniería romana es una historia de mejoras lentas, no de cambios repentinos.
III. COMPARACIÓN DE LAS INGENIERÍAS GRIEGA Y ROMANA.
Con un muy elevado sentido del arte construyeron los habitantes de la antigua Grecia sus obras arquitectónicas sin embargo, los romanos buscaban solucionar problemas más reales y domésticos.
Mientras las obras griegas eran levantadas con mármol, los romanos utilizaban el hormigón. En el Coliseo veremos una estructura de ladrillo y hormigón forrada de piedras con hermosos tallados. Pero lo realmente significativo para el romano no era la fachada, sino la obra en sí.
Tanto en las polis griegas como en las ciudades romanas el eje de la ciudad era definido por dos vías principales, a partir de ellas se organizaban las calles secundarias que formaban un plano cuadriculado. Las casas se construyen a partir de ínsula o la manzana. Otras construcciones en común eran los templos, los teatros, los foros, los anfiteatros y las murallas.
Otros materiales utilizados por los romanos en la construcción de sus puentes, acueductos y edificaciones eran la piedra, la argamasa, las tejas y los ladrillos cocidos en hornos, mientras los griegos usaban la madera, ladrillo sin cocer, la piedra caliza, mármol y metales como el bronce, para detalles decorativos.
Un ejemplo del ingenio romano lo constituyen los acueductos. En la antigua Grecia se utilizaba el agua de pozos, de lluvia y de las escorrentías (aguas que se desplazan por la superficie terrestre gracias a la fuerza de la gravedad). Por su parte los romanos utilizaban la gravedad también en la construcción de sus acueductos. Pero si las circunstancias del terreno lo permitían, implantaron los sifones que funcionan a la manera de los vasos comunicantes.
Los romanos no crearon una nueva civilización sino que tomaron la cultura griega, la perfeccionaron y le dieron matices propios. Uno de sus mayores logros, quizás, radicó en la difusión de su cultura por todo el Imperio a la vez que sentaban las bases de las posteriores naciones europeas.
IV. INFLUENCIA DE LA INGENIERÍA GRECOLATINA EN CUBA
¿Cómo llega el legado grecolatino a Cuba?
Cabe preguntarse cómo si Cuba nunca tuvo contacto con Roma, encontramos hoy su influencia en nuestro país. Esto se debe a que nuestra isla fue una vez colonia de España, la que fue, a su vez, conquistada por el Impero Romano.
Los romanos llegaron por primera vez a la Península Ibérica en el 218 a .C. no con el fin de conquistarla sino de enfrentarse a sus enemigos cartaginenses. La conquista duró doscientos años, hasta que, en el 19 a .C., los romanos lograron someter a los últimos focos de resistencia: cántabros y astures.
Durante la conquista se dio el proceso de aculturación que es conocido como romanización. Este fue más fuerte al sur y al sureste peninsular, no sucediendo de igual manera en el norte e interior del territorio. Los pueblos colonizados asumieron gradualmente el idioma latín, la religión romana, la aceptación del Derechos Romano y las tipologías constructivas. Así llegan a nuestros días vías como la Calzada de El Pico; grandes acueductos como el de Segovia, y el Acueducto de los Milagros en Mérida. Los puentes romanos siguen en funcionamiento, algunos de ellos tal y como fueron originalmente, otros modificados, tales como Puente de Mérida, de Alcántara en Cáceres, de Salamanca, entre otros. Otras obras que resistieron el paso de los años son: los anfiteatros de Tarragona y Cartagena, las murallas de Lugo y Zaragoza, la Presa Cornalvo en Mérida, el Arco Trajano en Mérida y el Arco de Bará en Tarragona.
Punto culminante de este proceso fue la concepción del ius latii por el emperador Vespasiano que concedía la ciudadanía latina a todos hispanos libres de procedencia indígena, ampliada más adelante por el emperador Caracalla que concedía la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del Imperio en su Constitutio Antoniniana.
Por las mismas calles
Elementos claves para el desarrollo de la ciudad lo constituyen las calzadas y los puentes que permitieron salvar largas distancias uniendo los extremos opuestos de los valles o las orillas de los ríos.
El legado grecolatino marcó la urbanización de la naciente villa de San Cristóbal de la Habana. Las casas eran construidas en manzanas y las calles eran angostas. Las capas de piedras utilizadas en la construcción de estas últimas eran las mismos de las grandes vías romanas; stratumen, rudo, núcleo y pavimento. Así se hicieron los cimientos de la calle Real (actual Muralla) y más tarde, Inquisidor, O´Reilly, De los Mercaderes, De los Oficios y del Obispo. La ciudad se iba formando dentro de las murallas pero era necesario crear calzadas que salieran de los límites. Entre los más viejos caminos de la naciente ciudad se destaca el Camino de San Antonio el Chiquito que comienza en la propia calle Real atravesaba todo el Campo de Marte, hoy Parque de la Fraternidad , seguir su curso hasta conducir al ingenio que igual se nombraba. Actualmente lo ocupa las calles Reina, Carlos II y Zapata. Estaba también el camino del Arcabuco, que iba costeando la playa hasta la caleta de Juan Guillén, hoy de San Lázaro.
Los ingenieros romanos mostraron gran maestría en la construcción de puentes basados en arcos, estos podían soportar condiciones que antes se habrían llevado.
En Cuba encontramos muchos puentes con arcos que siguieron el mismo principio de los romanos. En la ciudad de Sancti Spíritus, levantado sobre el río Yayabo se encuentra el único puente de arcos abovedados que existe en Cuba. También el puente sobre río Luyanó obra de Francisco de Albear que recibió el nombre de Gran Puente de Alcoy y el puente Las Casas sobre el arroyo Arenas están sobre arcos de ladrillos.
Los constructores romanos desarrollaron nuevas tipologías y materiales, como los ladrillos, adobes y el hormigón. El primero en ser construido con hormigón armado en Cuba fue Puente Almendares, lo que resultó un gran acontecimiento para la ingeniería de la época. Posee una longitud de 703 pies y un ancho de 44 pies y seis pulgadas. El puente es soportado por varios arcos. El arco principal que cruza el río posee una longitud de 58 metros .
El uso del arco sigue estando presente aunque se empleen materiales más novedosos como el acero laminado utilizado en el Puente de Bacunayagua. Este puente esta situado entre las siete maravillas de la ingeniería civil de la Isla.
Agua, yo quiero agua
Desde los primeros momentos de su fundación, San Cristóbal de La Habana se abasteció de diferentes fuentes de agua: un aljibe en la desembocadura del río Luyanó, de una cisterna en la Loma de la Cabaña o del río Almendares. Pero a medida que la cuidad se fue desarrollando estas fuentes comenzaron a ser insuficientes. De ahí a mediados de ese siglo se comenzara a pensar en la construcción de un acueducto.
Las obras comenzaron en 1861 y fue puesto en funcionamiento en 1893. Este tomaba el agua de los manantiales de Vento. Este acueducto entrega sus aguas exclusivamente por gravedad y es soterrado. En él encontramos elementos similares a los utilizados en los acueductos de Roma: los sifones, los depósitos de almacenamiento, los tanques de distribución de Palatino y una red de distribución, que sale de los ya mencionados tanques.
Hoy en día todavía garantiza el abasto de agua a casi el 20 % de la población de la capital y se encuentra registrado entre las “Siete Maravillas de la Ingeniería Civil de Cuba”.
La ciudad y las columnas
Los griegos fueron quienes desarrollaron la función ornamental de la columna. Fijaron unas normas o cánones de composición arquitectónica en tres estilos (u órdenes clásicos): dórico, jónico y corintio. Posteriormente, los romanos asumieron esta tipología, aunque introdujeron algunas variantes como la toscana y la compuesta.
El orden dórico es el más primitivo y simple de los órdenes arquitectónicos clásicos. Se empleaba en exteriores, especialmente de los templos dedicados a los dioses varones. Entre otros rasgos estilísticos, se caracteriza por un capitel de gran sencillez. Las columnas son esbeltas y carecen de basa.
El Templete se construyó bajo la forma de templo dórico griego, muestra de la fuerza de la cultura grecolatina en Cuba. Esta situado en la Plaza de Armas de La Habana Vieja y es Patrimonio de la Humanidad. Su construcción data de 1827. La fachada está conformada por un pórtico de seis columnas dóricas, sosteniendo un friso decorado, y un frontón prominente con una inscripción conmemorativa de la inauguración.
El estilo jónico se empleaba en interiores o en exteriores de templos dedicados a divinidades femeninas. Resultaba más elegante, refinado y decorativo que el dórico. El rasgo más representativo de este estilo es el capitel con dos volutas o espirales encuadrando el equino.
Las 12 columnas de granito del pórtico central del Capitolio de la Habana son de estilo romano y del orden jónico con 1,55 metros de diámetro y una altura de 14,10 metros . Sus bases, 2,15 metros en cuadro, y sus capiteles jónicos romanos, de dos caras. También se pueden admirar en el edificio 257 de la calle Obispo, actual Casa de Cambio.
Al igual que el estilo jónico, el corintio se empleaba en interiores o en exteriores de templos dedicados a divinidades femeninas. Destaca como rasgo estilístico el capitel en forma de campana invertida o cesta, en cuya parte inferior hay una doble fila de hojas de acanto, de las cuales surgen unos caulículos o tallitos que se enroscan en las cuatro esquinas y en los centros.
Uno de los inmuebles del Hotel Armadores de Santander posee una arquitectura neoclásica con frontón romano y columnas corintias. Otro ejemplo es el Conservatorio “Amadeo Roldán” que debidos a su arquitectura fue premio anual 1944. En sus columnas está presente el orden corintio. Así mismo están presentes en los portales del actual Ministerio de Finanzas y Precios en la calle Obispo.
Con función de columna o pilastra, las cariátides son figuras femeninas esculpidas con un entablamento que descansa sobre su cabeza. El Centro Hispano Americano de Cultura también conocido como "Casa de las Cariátides", posee singulares columnas que se asoman al balcón de la fachada principal, con rostros femeninos en lugar de capiteles remitiéndonos a la arquitectura clásica griega.
Como dice Carpentier en su libro: las columnas vigilan al caminante. Solo nos basta recorrer las calzadas de Monte, de Reina, del Cerro o de 10 de Octubre para admirar una colección de columnas con las diferentes órdenes de la arquitectura griega muy bien representadas
Entre cúpulas, bóveda y arcos
La cúpula es un elemento arquitectónico que se utiliza para cubrir un espacio de planta circular, mediante arcos de perfil semicircular rotados respecto de un punto central de simetría. La base sobre la que se apoya la cúpula puede consistir en muros continuos, en arcos o sobre un pilar adosado a la pared.
Son famosas en nuestra ciudad la cúpula del Capitolio de 92 metros de altura que remata el edificio. También el Museo de la Revolución , antiguo Palacio Presidencial, posee una de las más hermosas cúpulas de La Habana. En la Capilla Central de la Necrópolis de Colón es posible apreciar una cúpula bizantina de 22,5 metros de altura. El edificio de la Lonja del Comercio de La Habana está también coronado con una cúpula.
Una bóveda es una obra de mampostería fabricada de forma curva, que sirve para cubrir el espacio comprendido entre dos muros o una serie de pilares alineados.
En la edificación de la Iglesia Ortodoxa Griega se utilizó la técnica de bóvedas con retumbo o bóveda extremeña y bóveda de cañón, y cubre un área total de 112 m2 . En el Instituto Superior de Arte (ISA) encontramos un bellísimo concierto de cúpulas y bóvedas catalanas a lo largo de toda la escuela. Estos elementos arquitectónicos han sido muy utilizados en las iglesias. En la Iglesia de Paula se construyó con planta de cruz latina, naves cubiertas con bóvedas de cañón y una pequeña cúpula en el crucero. También encontramos bóvedas en la Iglesia del Espíritu Santo y en la popular Catedral de la Habana donde la bóveda alberga la cúpula que cae sobre el Altar mayor.
El arco, del latín arcus, es el elemento constructivo lineal de forma curvada, que salva el espacio entre dos pilares o muros. Está compuesto por piezas llamadas dovelas, y puede adoptar formas curvas diversas. Estos están presentes en un gran número de casas habaneras del siglo XVIII y XIX. Algunos arcos notables son: el Arco de Belén, en la calle Acosta entre Inquisidor y San Ignacio; y la sucesión de arcos de los portales del Palacio de los Capitanes Generales.
Con este trabajo hemos logrado entender nuestro histórico pasado y su influencia en la ingeniería que utilizamos hoy.
Los griegos no se destacaron por su creatividad e inventiva, sino por el desarrollo de ideas. Todo monumento griego se caracteriza por el sentido de la medida y proporción, un equilibrio de todos los elementos y la búsqueda de belleza ideal. Por su parte, las aportaciones del los romanos al terreno de la arquitectura determinó las bases sobre las que se asentaría la arquitectura occidental. Frente al carácter puramente religioso de la arquitectura griega, la romana es esencialmente civil y militar.
Salvando las distancias del tiempo el legado de la ingeniería grecolatina llegó a la isla mediante nuestros colonizadores. La ciudad fue desarrollándose siguiendo modelos de las culturas griegas y romanas llegando hasta nuestros días su impronta.
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GLOSARIO
Acanto: Planta de la familia de las Acantáceas, perenne, herbácea, con hojas anuales, largas, rizadas y espinosas. || 2. Arq. Ornato hecho a imitación de las hojas de esta planta, característico del capitel del orden corintio.
Aculturación: Proceso por el cual el contacto continuo entre dos o más sociedades diferentes genera un cambio cultural.
Arco falso: Arco construido colocando a ambos lados de un vano, bloques de piedra escalonados de manera uniforme hasta encontrarse en un punto medio.
Argamasa: mezcla de arena, cal y agua, o también de puzolana, cal y agua, que se utiliza para cementar.
Basa: asiento de una columna o estatua.
Capitel: parte superior de la columna o la pilastra, de diferentes figuras y adornos según el estilo arquitectónico a que corresponde.
Cascajo: Fragmentos de piedra y de otros materiales parecidos que pueden quebrarse.
Caulículos: cada uno de los vástagos que nacen del interior de las hojas que adornan el capitel corintio, y van a enroscarse en los ángulos y medios del ábaco.
Crucero: espacio en que se cruzan la nave mayor de una iglesia y la que la atraviesa.
Equino: moldura convexa, característica del capitel dórico.
Espejos ustorios: es un espejo cóncavo de gran tamaño utilizado para concentrar en su foco los rayos solares o de un cuerpo en combustión y aprovechar con fines bélicos el gran calor que produce.
Mortero: Mezcla de cal, arena y agua.
Número áureo: la longitud de la diagonal de un pentágono tomando como unidad su lado es el número irracional φ llamado número áureo (φ es aproximadamente igual a 1,6818)
Odómetro: es un dispositivo que indica la distancia recorrida en un viaje por un vehículo.
Sifones: canal cerrado o tubo que sirve para hacer pasar el agua por un punto inferior a sus dos extremos
Volutas: adorno en forma de espiral o caracol, que se coloca en los capiteles de los órdenes jónico y compuesto.
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